10 de diciembre de 2014

Despedida y cierre

Nuevamente, otro cierre de blog: se acabó «Vivir ciñendo»

No acababa de encontrarme en él y no me parece que os acabárais de encontrar tampoco vosotros, esa es la verdad. Parece claro que con «El Incordio» rompí el molde y, de la misma manera que no debí haber forzado a éste, que hubiera quedado estupendo cerrado el 2 de julio de 2011, no debí haber continuado con la actividad bloguera en este triste «Vivir ciñendo» que ahora mismo se va por el foro.

No me parece probable que abra otro blog. Desde luego, no de estas características pero, en estos momentos, no me apetece hacer nada, ni de estas características ni de ninguna otra. Si llegara a tener la humorada de levantar otro invento, sería algo completamente distinto, algo puramente recreativo y, muy probablemente, para mi simple y exclusiva satisfacción. Pero, a fecha de hoy, incluso eso lo veo lejano y cuesta arriba. Por decir que lo veo, vaya.

Desde luego, se acabó entrar en temáticas políticas aún entendidas en su más amplia acepción. Este país, de verdad, no vale la pena. Así que aire y que cada palo aguante su vela.

Como siempre, muchas gracias a todos por vuestra atención y, en su caso, por vuestra participación en los comentarios. Me remito a lo dicho en la despedida de «El Incordio».

Por ahí nos vemos.

4 comentarios:

  1. Pues siento mucho leer esta noticia por segunda vez.

    No se si me cuento entre sus bravos, pero seguro que soy un lector incondicional y ocasional comentarista.

    A veces en desacuerdo y la mayoría de las veces totalmente de acuerdo, siempre ha sido un placer leerle.

    Espero que eventualmente encuentre fuerzas para otro proyecto y si no ya le leeremos en G+ o similar.

    Un abrazo muy fuerte, mejórese del pie y hasta siempre.

    ResponderEliminar
  2. Y ahora ¿dónde te podremos leer?
    Un saludo, Luis

    ResponderEliminar
  3. Javier, es una lástima que dejes este blog, que en mi opinión era necesario para animar conciencias y descubrir el velo en el que muchas veces nos amparábamos para no ver las cosas que nos incordiaban.
    Necesiatamos una corriente crítica que tal vez no hayamos sido capaces de desarrollar.

    ResponderEliminar

Ojo con lo que dices. Aquí puedes criticar a quien quieras y a lo que quieras (a mí incluido) pero guardando ciertas formas. El insulto y la falta de respeto, los sueltas en la taberna o en tu propio blog, no vengas a tocar las narices al mío. Lo que quiere decir que si contravienes esta condición, borraré sin más lo que hayas escrito y me da igual que clames por la censura o por la leche frita. Pero no habrá que llegar a eso ¿verdad?