30 de septiembre de 2013

Largando

Velero en ceñida

Empiezo hoy esta singladura como dice el URL de este blog: proa al viento, ciñendo, navegando de bolina, es decir, en sentido [más o menos] contrario al viento. Algunos dirán que me gusta llevar la contraria a todo el mundo; yo contestaría como el conductor kamikaze del chiste: no, es todo el mundo el que se empeña en llevarme la contraria a mí.

Odio pensar aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor y odio más aún decirlo; por eso, ni lo pienso, ni lo digo. Pero no por ello voy a dejar de decir que vivimos tiempos ominosos, de tribulación y de mierda. Sin embargo, no voy a conducirme por la vía de la ira; para eso ya estaba bien aquel Incordio que cerré hace unos meses. Tengo cincuenta y ocho años y ya estoy cansado de darme cuernazos contra el muro, así que he decidido que los cuernazos se los den otros, se los den los que vienen detrás, que ya les va tocando, y a ver si ellos tienen más suerte que yo y le pillan la femoral al puto sistema, pero, visto el espíritu de sacrificio de las nuevas generaciones, contemplaré la corrida desde un cómodo escepticismo y, desde luego, desde la barrera o desde el tendido de sombra (sí, lo siento, pero ya me toca).

Así, pues ¿qué vas a encontrar aquí, incipiente y paciente lector? Pues vas a encontrar, básicamente, contemplación. Me voy a pasear por esas escasas facetas del mundo que aún me gustan: la historia, la arquitectura, la fotografía (a ver si aprendo de una vez), la ingeniería cacharril (sobre todo, aeronáutica, pero no le haré ningún asco a barcos, trenes y otros artilugios, incluyendo los coches, pero siempre sin tratarlos desde el punto de vista del estúpido consumo urbanícola), la tecnología digital... También dedicaré entradas a reirme de las estupideces de esta sociedad decadente y, bueno, sí, quizá alguna vez (cuantas menos, mejor) hable de política y de políticos y hasta puede que muy de cuando en cuando lo haga en el viejo tono incordiante. Pero que nedie espere bronca diaria por este lado. Ni mucho menos.

En todo caso, siempre desde mi estilo. Desde mi estilo en el sentido, digamos, literario (me parece presuntuoso aplicarme a mí mismo lo de «literario», pero bueno... para que nos entendamos, nada más) y desde mi absoluta incorrección social y política. Sí, sigo odiando retorcida y agriamente lo políticamente correcto, así que si eres un remilgado, querido lector -pero, en este caso ya no incipiente, sino en fase final- te has equivocado de sitio.

El que avisa, no es traidor

Imagen: Patricio Lorente en Wikimedia Commons
Licencia CC-by-sa

1 comentario:

  1. ¡Protesto! No me parece bien que hables menos de política. ¡Pero me alegro mucho de tu vuelta!

    :-)

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Ojo con lo que dices. Aquí puedes criticar a quien quieras y a lo que quieras (a mí incluido) pero guardando ciertas formas. El insulto y la falta de respeto, los sueltas en la taberna o en tu propio blog, no vengas a tocar las narices al mío. Lo que quiere decir que si contravienes esta condición, borraré sin más lo que hayas escrito y me da igual que clames por la censura o por la leche frita. Pero no habrá que llegar a eso ¿verdad?