Los avatares de la vida trajeron los correspondientes altibajos en el cultivo de la afición que, practicada de un modo u otro (libros, revistas, maquetismo), nunca dejé. Con la llegada de la informática descubrí un universo nuevo a partir de la simulación de vuelo y, sobre todo con la red, de la simulación del control aéreo (que, realmente, encuentro más apasionante que el vuelo en sí mismo), que sólo toqué muy inicial y tangencialmente. Sin embargo, la simulación de vuelo (bien hecha, practicada como algo mucho más allá de un simple juego), exige una cantidad de horas tremenda y, poco a poco, tuve que ir abandonando también esa actividad, la misma razón por la que prácticamente apenas inicié la de control de vuelo simulado.
Nuevamente, mi afición languidecía apenas sostenida gracias a Internet, a sus páginas web, sus blogs y la nada desdeñable Wikipedia. Pero descubrí un nuevo campo, apasionante, divertido y que no esclaviza mi tiempo: el spotting o, más precisa y exactamente, el aerospotting.
Siempre me ha gustado la fotografía, aunque no he llevado tampoco a muy altos niveles mi afición, me he conformado con fotografías simplemente correctas. Me encanta el paisaje, la arquitectura y las máquinas en general (automóviles, trenes y, claro, aviones). El spotting es una estupenda combinación de fotografía y aeronáutica que, además, es sumamente flexible: puede ir desde hacer, simplemente, fotografías bonitas de cuando en cuando, a echarse centenares de horas «coleccionando» matrículas, libreas, modelos y todo el etcétera que se le pueda a uno ocurrir.
Yo estoy aún en las primeras fases; quizá por eso me da corte proclamarme spotter y me defino, más modestamente, como «alevín» de spotter. A mediados de año mejoré mi equipo fotográfico, pasando de una réflex básica a una ya mas completita y adquirí un telezoom justito pero, de momento, suficiente y asequible (conviene no olvidar que soy valiente y leal funcionario). O sea que al nivel de «fotografías bonitas», sin mayores honduras, creo que ya he llegado, ahora lo veremos.
Obviamente, estoy a años luz de distancia de los grandes cracks e incluso de los pequeños cracks: para acercarme siquiera un poquito a ellos me hace falta leer mucho (o sea, tiempo), practicar mucho (o sea tiempo) y gastarme mucho dinero (o sea, tiempo, sacrificio y prudencia para no incurrir en causa de divorcio). Afortunadamente, la vida útil de los equipos informáticos (y en casa hay cuatro, sin contar smartphones, tabletas y similares gaitas) se está prolongando mucho en los últimos años, y podré derivar este excedente a la adquisición de mejores «cristales», que es en lo que veo que flojeo de remos. Lo dicho: tiempo al tiempo.
De momento, aquí tenéis algunos de mis humildes orgullitos, de mis «cazas» más chulas:
Este es el Boeing 747 de Transaero, uno de los últimos ya de la temporada de verano (la foto es de 5 de octubre), abarrotado de rusos, que viene siendo el personal turista más característico de Barcelona en estos últimos tiempos. Por cierto que Transaero va a adquirir Airbus A380 y podría ser que, en verano, los utilizara para sus rutas a Barcelona. También Emirates -eso sí que es seguro- utilizará a partir del próximo -ya muy próximo- año el A380 para operar en Barcelona. Ni que decir tiene, guardo un moscoso especialmente dedicado a pillarlo tan pronto venga. De todos modos, un pedazo de Jumbo como este es una buena pieza para un primerizo.
Otra foto que, por supuesto, tienen todos los los viejos tiburones del spotting, pero que tampoco puede hacerse cada día: cazar el A319 de Iberia vestido con librea de época. Esta es de los años 50-60.
Y para terminar esta pequeña muestra, el reflejo de aquello de la ocasión que pintan calva y hay que cogerla por los pelos: una emergencia.
Este A320 precedente de Palma de Mallorca tuvo un problema: al bajar el tren de aterrizaje no se le replegaron las portezuelas. Nada grave, pero se llevaron a cabo los procedimientos de emergencia y mira, ahí estaba yo para cazarlo. El avión aterrizó sin más novedad y sin ulteriores problemas, pero los pasajeros pasarían un mal rato:
Bueno, si la cosa os gusta, tenéis mi producción (la parte «enseñable» de mi producción) aquí, pero no os creáis que es nada del otro jueves: si queréis ver lo incipiente y pedestre de mi nivel, podéis ver en Airliners lo que hacen los spotters de raza. Cuando sea mayor, seguro que llegaré a colocar alguna cosita mía ahí. Pero faltan años aún.
Gutta cavat lapidem non vi, sed saepe cadendo
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