2 de febrero de 2014

La llegada del grandote

Pasé -pasamos, supongo- toda la semana con un ojo puesto sobre los pronósticos meteorológicos, tratando de sacar el agua clara sobre los resultados de diferentes modelos y sus interpretaciones según página de meteo utilizada. Descorazonador: tiempo extremadamente nublado y grandes posibilidades de lluvia. A medida que avanzaba la semana, las posibilidades de lluvia anunciadas descendieron; en cristiano: no estaríamos horas y más horas bajo un permanente chubasco, pero algún chaparroncito aislado, quizá no muy fuerte, pero engorroso, habríamos de soportar. Y la nubosidad, a tope, claro.

Al final, mi hija y yo decidimos ir ocurriera lo que ocurriera, la ocasión bien lo merecía: llegaba a Barcelona el primer Airbus A380 en vuelo regular (en vuelo no regular ya había venido hace un año, con motivo del Mobile Word Congress y también me parece recordar que había aparecido antes en una Festa al Cel... cuando se hacían) y había que cazarlo.

Un muy inaudito aspecto mío
La primera, en la frente: cuando llegamos al Prat no llovía, aunque el tiempo estaba extremadamente cubierto, pero lo más grave es que el aeropuerto había cambiado la configuración, es decir, para entendernos, los aviones no aterrizaban por la 25R, viniendo desde Barcelona, sino en la 07L, su recíproca, viniendo desde el Garraf. Eso sí que tiene mal arreglo, porque los puntos de spotting para la 07L no son tan buenos, y mucho menos tan cómodos, como los que tenemos para la 25R, en los que reina la plataforma para spotters que, a la altura de la cabecera, nos pusieron al alimón AENA y el Ayuntamiento del Prat de Llobregat, siendo, claro está el punto más cómodo, pero no el único bueno: está el merendero, el tanatorio y dos o tres lugares más, sobre todo con tiempo muy nublado, sin el sol de frente (si el día está soleado, sólo son practicables por la tarde).




Vista de la plataforma para 'spotters' de la 25R

Nos fuimos a desayunar a un bar del Prat y a esperar acontecimientos. Y, finalmente, decidimos fotografiar lo que pudiéramos por el lado de la playa, así que subimos de nuevo al coche y para allá nos dirigimos. Sin embargo, al pasar por delante de la plataforma de la 25R, la vimos llena de colegas. Maldición, no se me había ocurrido encender el escáner para ver qué andaban haciendo en torre, pero si la plataforma estaba llena es que la configuración había cambiado o iba a cambiar. Dimos media vuelta en la primera rotonda, nos dirigimos al aparcamiento de la zona recreativa y, ya allí, vimos los faros del primer avión que aproximaba a la 25R.

Dicen que la plataforma estuvo más abarrotada el año pasado, cuando la venida del A380 de Emirates por lo del MWC; es posible: el mal tiempo pudo disuadir ayer a mucha gente; pero así y todo, la plataforma estaba a tope.

Tengo que dar las gracias a mis compañeros, particularmente a Ángel (Ángel, ayer; otras veces han sido otros), por la deferencia que tuvieron hacia mi hija cediéndole uno de los mejores lugares de la plataforma; es un comportamiento habitual, en general, hacia la gente muy joven, pero ayer era un día muy especial y se agradece muchísimo más aún.

Y, en fin, tras tres horas allí clavados, aunque, eso sí, en alegre compañía, apareció nuestro héroe, el Airbus A380 de Emirates, aproximando a la 25R y disponiéndose a aterrizar tras su primer vuelo regular desde Dubai. Fue increíble: en la plataforma se hizo un silencio tremendo, no se oía más que los crujidos de los disparadores y los zumbidos de los motores de las cámaras y los objetivos. Nunca había visto algo parecido, la verdad. Y encima, el propio A380: siendo, como es, enorme (impresiona de veras), ese aparato no hace ruido; pasó delante nuestro (de la plataforma al umbral de pista habrá unos 200 metros, aproximadamente) sin más sensación auditiva que un suavísimo zumbido.


Hice lo que pude, teniendo en cuenta que no pude trabajar a mis anchas y, además, considerando que el Tamron 70-300 es un telezoom de excelente relación precio/calidad, pero llega hasta donde llega, y con poca luz tiende a ablandar muchísimo. Por otra parte (y eso es quizá lo más importante) no acabo de acertar con la configuración óptima de la cámara en esas circunstancias ambientales. Aún tengo que trabajar, leer y aprender muchísimo. Ya se andará.


Vendrán días luminosos y vendrán fotografías mucho mejores del A380; es más, si tenemos suerte, es posible que este verano Transaero, opere tambien en Barcelona con Airbus A380, si los de Toulouse se lo entregan a tiempo; y Emirates anunció no hace mucho que si la demanda lo hacía rentable, pondría un segundo A380 para operar sus vuelos a Barcelona. O sea que, en un escenario óptimo, y cuando menos en época veraniega, el aeropuerto de Barcelona-El Prat podría llegar a ver tres A380 diarios. Sería el cielo spotter (entre otros cielos, claro).

Sin embargo, ninguno de todos esos vuelo tendrá el significado del de ayer, de la misma forma que el de ayer tampoco tuvo el significado del de hace un año.

La ocasión, ya se dice, la pintan calva.

Imágenes:
- La foto en la que aparezco yo es de mi hija Laura Cuchí. Misma licencia que este blog.
- La foto de la plataforma es de Google Maps
- Las fotografías del A380 son mías y la licencia es la misma que la de este blog.

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